Hay veces que no tenemos muy claro cómo nos hacen sentir las emociones. Al
niño de esta historia no le ocurre eso porque cada vez que se come una palabra
afloran los sentimientos que ésta representa.
Una estupenda historia para trabajar la educación emocional de niños y no
tan niños, que viene con ejercicios para favorecer la comunicación entre las personas.
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