Esta historia empieza con una ovejita que aparece en casa de un lobo. Con este principio parece estar claro lo que va a pasar, ¿no?
¿Vosotros que creeis? Yo pensé: ¡El lobo ya tiene cena! y me equivoqué estrepitosamente. Y es que no hay nada como el amor para cambiar hábitos y costumbres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario